Matías es un chico de 12 años, que paso por la pérdida de su ser más querido, su abuelo. Con el pasaba la mayor parte de su tiempo recorriendo museos, y al morir, le dejo un libro con una dedicatoria a su nieto que decía así:
“Mi querido Matías:
No estés triste por mi partida, es algo natural en la vida. Siempre que quieras recordarme puedes dar una vuelta por el Museo de la ciudad, el dueño es un viejo amigo mío, y le deje encargado que te desafiara a encontrarle sentido a todo lo que alguna vez fue. Espero que con eso logres recordar lindos momentos. La luz que alumbra al futuro siempre vendrá de los recuerdos del pasado”